Bueno, pues hace un tiempo me apunté un concurso que organizaba Everest titulado un libro y un café en el que había que hacer un microrelato en el que tenía que aparecer un café. El concurso a acabado,y yo os subo el relato para los que esteis interesados en leerlo, y comentar a ver que os parece =):
El encuentro:
Era lunes, iba camino del parque dónde había quedado con mi amiga Lidia. El camino era largo y yo iba distraída con mi MP3. Pasé delante de un Starbucks y entré, me apetecía un café. Seguramente llegaría tarde, pero cuando Lidia viera el café que la había comprado me perdonaría la tardanza. Me bebí mi café, lo tiré a una papelera y aceleré el paso. En ese momento sonó “Shine a Light” en mi MP3, una de mis canciones favoritas de mi grupo favorito, Mcfly. Noté el móvil vibrar en mi pierna. Lo cogí, era un mensaje de Lidia preguntando dónde estaba. Iba tan distraída con la música mientras contestaba el mensaje que no me dí cuenta y choqué con un chico. El móvil se me calló al suelo y le tiré un poco de café encima. Paré el MP3 para escucharle y poder disculparme.
-Lo siento de verdad, iba distraída y no te vi venir.- dije mientras sacaba un pañuelo de papel del bolso y le limpiaba la mancha.
-No pasa nada, no te preocupes, si yo también iba distraído…
Y en ese momento nuestras miradas se cruzaron, fue un momento mágico. Me sumergí en sus ojos azules y parecía que el tiempo se hubiera parado, que no pudiera escapar nunca de su mirada. Después de ese intenso instante reaccioné.
-Lo siento de veras, pero ahora me tengo que ir, me están esperando y ya llego tarde.
Cogí los móviles del suelo, y sin mirarlos siquiera le tendí uno a él y me guardé otro en el bolsillo, nerviosa por la situación y salí corriendo a encontrarme con Lidia. La expliqué todo lo ocurrido y por un instante lamenté no haber hablado más con él, haberle pedido su móvil o algo. Pero ahí encontré la solución, el móvil me empezó a vibrar en el bolsillo, lo cogí y abrí el mensaje, no conocía el número. “Hola Celia, bueno soy el chico con el que chocaste esta tarde, creo que tenemos que quedar, te llevaste mi móvil” En ese momento estallé en alegría, no sabía por qué, puesto que no le conocía, lo único de lo que estaba segura era de que le volvería a ver. En ese momento me hice una pregunta en mi cabeza ¿Cómo sabía mi nombre? Entonces caí en la cuenta que detrás de mi móvil tenía puesta una pegatina con mi nombre. “¿Qué tal en 10 minutos?” contesté, con la aprobación de Lidia, que se iría y nos veríamos más tarde.”Perfecto” respondió. Quedamos en el Starbucks dónde había comprado los cafés. El chico se llamaba Lucas, estuvimos un rato hablando, nos intercambiamos los móviles y los mails. Cada tarde hablábamos por el Messenger y quedamos un par de veces. Yo comenzaba a sentir algo muy fuerte por él, pero no me atrevía a decirle nada por miedo de que él no sintiera lo mismo, prefería tenerle como amigo a nada. Habíamos quedado una tarde en el parque dónde yo quedé cuando le conocí, estaba esperando con al música puesta como siempre. Entonces unas manos me taparon los ojos.
-¿Quién soy?- me preguntó.
-Lucas.- me reí.
-¿Cómo lo has sabido?
-Solo podías ser tú, había quedado contigo.- y ambos nos reímos.
-¿Qué escuchas?- dijo cogiéndome un casco de mi oreja. Se lo puso y yo subí el volumen. Sonaba de nuevo “Shine a Light” la canción que sonaba cuando lo conocí, desde entonces me gustaba todavía más.
-Estaba sonando aquella vez que nos chocamos.- le dije, parecía ya tan lejano…
-Pues entonces me encanta.
-¿Y eso?
-Porque gracias a ella, por tenerte distraída, e conocido a la chica más maravillosa del mundo.- Nuestros rostros estaban muy cerca, y él aprovechó esa distancia para besarme, fue un momento precioso, y desde ese día comenzamos a salir oficialmente. Nunca antes me hubiera imaginado como un café, una canción y un choque, podrían traerme a alguien tan especial como él.
Me gusta tu relato, podrías leerlo en clase. Te felicito, eres una escritora en potencia, espero ver tu nombre pronto en una librería.
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