lunes, 28 de febrero de 2011

Despistaos y Maldita Nerea- Y mírame




Perdona si me pongo nervioso,
Pensaba que no te encontraría
Y afine mejor la puntería.
Y mírame, aun sigo siendo el mismo que era antes de ayer
Cuando aun te quería.
Me retiré haciendo el suicida no sé porque,
No hubo despedida y abracé
a muchas parecidas.
Nunca olvidé aquella sonrisa que imaginé
durante mil vidas y te busqué
después de cada herida
Y mírame, aun sigo siendo el mismo que era antes de ayer
Con algún fracaso encima.
Me emborraché a base de añejo,
me acostumbre a tenerte lejos
y lloré delante de un espejo.
Y mírame, aun sigo siendo el mismo que era antes de ayer
solo que un poco más viejo.
Y mírame, aun sigo siendo el mismo que era antes de ayer
con algún fracaso encima.
Y mírame, aun sigo siendo el mismo que era antes de ayer
cuando aun te quería.

domingo, 20 de febrero de 2011

Mcfly (feat.Taio Cruz)- Shine a light

Tell me are you feeling strong
Strong enough to love someone
And make it through the hardest storm
And bad weather

Will you pull me from the flames
Hold me till I feel no pain
And give me shelter from the rain
Forever

Where can I find her

She took the light and left me in the dark (eah)
She left me with a broken heart (eah)
Now I'm on my own
If anybody sees her

Eh, eh, eh shine a light on her
Eh, eh, eh shine a light on her
Eh, eh, eh shine a light on her
Eh, eh, if anybody sees her

Tell me can you hear my voice
Loud and clear above the noise
And even if I had the choice
I would not give up

Where can I find her

She took the light and left me in the dark (eah)
She left me with a broken heart (eah)
Now I'm on my own
If anybody sees her

Eh, eh, eh shine a light on her
Eh, eh, eh shine a light on her
Eh, eh, eh shine a light on her
Eh, eh, if anybody sees her

Eh, eh, eh shine a light on her
Eh, eh, eh shine a light on her
Eh, eh, eh shine a light on her
Eh, eh, if anybody sees her

She took the light and left me in the dark (eah)
She left me with a broken heart (eah)
Now I'm on my own
If anybody sees her

Eh, eh, eh shine a light on her
Eh, eh, eh shine a light on her
Eh, eh, eh shine a light on her
Eh, eh, if anybody sees her

Eh, eh, eh shine a light on her
Eh, eh, eh shine a light on her
Eh, eh, eh shine a light on her
Eh, eh, if anybody sees her

Reseña: A tres metros sobre el cielo

Título:  A tres metros sobre el cielo
Autor: Federico Moccia
Año: 2004
Editorial: Planeta
Sinopsis: Babi es una estudiante modelo y la hija perfecta. Step, en cambio, es violento y descarado. Provienen de dos mundos completamente distintos. A pesar de todo, entre los dos nacerá un amor más allá de todas las convenciones. Un amor controvertido por el que deberán luchar más de lo que esperaban. Babi y Step se erigen como un Romeo y Julieta contemporáneos en Roma, un escenario que parece creado para el amor.
Opinión Personal: Este libro a sido uno de esos que me han marcado, y que me han encantado nada más leerlo. Es una historia preciosa, y es impresionante la capacidad del autor para sorprenderte a cada página que leas. Este libro demuestra como un amor puede afectar a una persona, y las locuras que se hacen por amor.
Valoración:

Elección Capítulo 34

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Los días siguientes a la charla con Allison intenté aclarar mis ideas con respecto a todo, pero por más que lo pensaba no conseguía aclararme. Desde aquel beso con Diego le evitaba siempre que podía, y cuando intentaba hablar conmigo huía de él. Sin embargo con Kyle tenía que seguir disimulando. Pero pasados estos días de meditación encontré la respuesta a lo que sentía, lo que debía de hacer, y Allison no podía ayudarme a solucionar esto, ni a encontrar la respuesta, simplemente me intentaba abrir los ojos. Estaba besándome con Kyle cuando lo descubrí. Yo no estaba ya implicada en ese beso como la primera vez, no igual que con Diego… Fue hay, cuando deseé que el que me estuviera besando fuera Diego, cuando supe lo que sentía por él, y decidí no seguir engañando a Kyle, probablemente esto nos impediría salir a todos, pero tenía que hacerlo. Me aparté de Kyle cuándo él pensaba que íbamos a llegar a algo más.
-Yo… lo siento, no puedo.
-No pasa nada, esperaré.- contestó dulcemente.
-No es eso Kyle, no voy a poder ni ahora ni nunca, no te quiero seguir engañando.
-¿Pero de que hablas?- preguntó confuso.
-Mira, probablemente cuando te diga esto te cabrearás conmigo, no volverás a hablarme y los planes se irán al traste, pero no puedo continuar así.- esperé un momento para encontrar las palabras adecuadas y seguí.- Todo esto… lo nuestro… Nunca ha sido verdad.
-¿Qué? ¿De que me estás hablando Annie?
-Yo… Desde que llevo aquí intento escapar con mis amigos, y Diego me dio la forma, me dijo que tú tenías el hechizo, y que si… me liaba contigo y conseguía que te enamoraras de mí me lo darías y todos saldríamos de aquí. Pero ahora es cuando me doy cuenta del daño que te hago, del que te haría si te decía esto más adelante, y he decidido que lo mejor era decírtelo ahora, antes de que te hicieras más esperanzas, aún que no consiga mi propósito.

Él no contestó después de darle todo mi sermón, simplemente cogió un papel de su maleta, escondido en un bolsillo pequeño y me lo tendió. Yo lo abrí, era el hechizo.
-Yo… No se que decir.
-No tienes nada que decir, lo comprendo. Este tiempo e estado observando… Me doy cuenta de la forma en la que miras a Diego, solo que me he querido engañar todo este tiempo.
-Pero te e estado utilizando.
-Soy consciente, pero ¿sabes? No me importa, me has hecho darme cuenta de las cosas importantes, creo que yo también me iré con vosotros, si me lo permitís claro.
-¿Cómo no te vamos a dejar? Eres tú el que lo haces posible. Eres un cielo.- dije dándole un beso en la mejilla.
-Al menos podemos ser amigos ¿no?
-¡Por supuesto! Bueno… Me voy a buscarle, luego me quedaré con mis amigos fuera, ¿porque no bajas y estás un rato con ellos? Al fin y al cabo huirás con ellos.- y tras decir esto salí por la puerta en su busca. Diego estaba como habitualmente esperando en las escaleras de la sala de recuentos, pero no esperaba encontrarle ahí a esas horas. Entré y cerré la puerta. Se levantó deprisa y yo fui a su lado.
-Tengo novedades.
-Estupendo, antes podrías contestarme a una pregunta ¿verdad?- yo solo asentí.- ¿Por qué me has estado evitando todos estos días?
-Por nada, no era necesario que habláramos, no había novedades.
-Lo de las novedades pasa, pero ¿cómo que no era necesario que habláramos? Sabes perfectamente que si teníamos que hablar, ¿es que no te acuerdas lo que sucedió el otro día?
-Claro que me acuerdo.
-Pues de eso tenemos que hablar.
-¿De que quieres hablar?
-Pues de eso, ya sabes… -dijo acercándose a mí, estaba a punto de rodearme la cintura, pero le planté el papel en la cara antes de que hiciera nada más. Él lo leyó y me miró atónito.- ¡Lo has conseguido! Increíble… eso quiere decir que ya no estás fingiendo, que lo habéis dejado…- dijo acercándose más a mi. Me gustaría más que a nada fundirme en sus brazos, pero antes quería comprobar si le gustaba de verdad o simplemente me estaba engañando para liarse conmigo.
-No estaba fingiendo…
-¿Cómo?
-Qué Kyle me gusta de verdad Diego.- mentí como pude, pero él se lo tragó. Se alejó de mí, se llevó la mano a la frente y resopló.
-¿Qué pasa?
-¿Qué que pasa? ¿Acaso no lo sabes ya?
-No…- volví a mentir.
-Mira, me gustas ¿vale? Todavía guardaba la esperanza de que yo te gustase, porque se que ese beso te gustó, lo se por la forma en que me acariciabas el pelo.
-¿Qué?
-Sí, no te hagas ahora la sueca porque sabes que es verdad, te gustó tanto como a mí, otra cosa es que yo no te guste.
-Sabes que eso no es verdad.- me acerqué a él, le atraje contra mi y le besé con pasión, él me siguió con la misma intensidad y posó sus manos en mi cintura, pero luego se separó.
-¿A qué viene esto? Si supuestamente se que no es verdad…
-Pues que sabes que no es verdad que me guste Kyle, no se por que te lo has creído, solo quería saber si te gustaba tanto como tú me gustas a mí.
-¿No era más fácil haberme preguntado?
-No, me gusta verte celoso.
-Qué graciosa...- y me besó por última vez antes de marcharnos para contarles todo a los demás. Todos estaban ilusionados menos Kyle, que estaba un poco triste, imaginaba que no sería fácil para él, pero nunca fue fácil para todos.
Una tarde estábamos en mi habitación cuando yo fui al baño. Cuándo salí, Diego no estaba en la habitación, volví al baño y miré haber si estaba en algún sitio, cuándo me sorprendió recibir un chorro de agua que me empapó, que provenía de una de las duchas laterales, allí estaba él. Me metí en la ducha con él e intenté cogerle la ducha de la mano, pero él cada vez me mojaba más.
-¿Qué intentas?
-Nada, ya te dije que estabas muy sexy con toda la ropa mojada.
-¿A sí? Pues Kyle también estaba muy sexy mojado…- dije sabiendo que eso era lo que más le molestaba.
-Has caído demasiado bajo y lo sabes…- y ahí, cuando bajó la guardia y la ducha un poco, se la arrebaté de las manos y empecé a mojarle.
-Buen truco…- dijo intentando volver a arrebatármela. Cuándo estuvo completamente mojado no puse resistencia y dejé que me la arrebatara para que después él la apagara.
-Venga, dejemos esto ya por hoy.
-¿Sabes una cosa?- dije acercándome todavía más contra él en aquel espacio tan reducido.
-No, ¿qué?
-Qué tú estás mucho más sexy mojado.
-¿A sí?
-Sí.
-Pero más que tú no.- dijo besándome con fiereza. Me apreté todo lo que pude contra él y seguí el beso. Él agarro el borde de mi camiseta dispuesto a quitármela, dispuesto a tomar el rumbo al que nos conducía aquel beso, pero antes de hacerlo se separó de mí un poco.
-Podemos seguir…solo si tú quieres.- dijo todavía con su rostro muy cerca del mío. Como respuesta, le quité su camiseta, dejando al descubierto su torso musculoso. Iba a seguir besándole pero empezó a hablar.- Si nos pillan…
-Me da igual.- Y entonces el tiró de mi camiseta y seguimos besándonos hasta deshacernos completamente de toda la ropa y dejarnos llevar, fundiéndonos en uno solo.

jueves, 10 de febrero de 2011

Elección Capítulo 33

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Estaba secándome un poco el pelo con unas toallas al lado de Kyle cuando sonó mi brazalete, estábamos a punto de irnos a la cama todos ya, no era la hora habitual, en el brazalete solo ponía “dónde siempre”, era Diego claramente. Me bajé con la ropa empapada haber que quería, me estaba esperando sentado en los escalones de la sala donde se hacía el recuento.
-¿Qué querías?- le pregunté, ya había dejado mi tono amargo con el que siempre le contestaba.
-Saber que tal te van las cosas, ya sabes, hoy no nos hemos visto antes.- dijo levantándose.
-Sabes perfectamente que no hace falta que nos veamos todos los días. ¿Alguna razón?
-Ya te lo he dicho, ¿tienes alguna novedad?
-¡Y a ti que más te da! Con que consiga el hechizo te tiene que bastar.
-Pues si me importa.
-¿Y eso? ¿Me matas y ahora te importa?
-Bff… es imposible hacerte entrar en razón. Reconoce que gracias a mí ahora no eres como eras antes.
-No te lo reconoceré en la vida, no me gusta nada ser así, porque tengo que vivir a base del líquido ese plateado y no me gusta nada tener que depender de ello, no poder envejecer… Así que si piensas que me has hecho un favor estás muy equivocado.- dije cabreada dispuesta a irme, pero él me agarró del brazo y me atrajo contra él.
Nuestros rostros estaban a escasos centímetros y entonces él me beso. Al principio me dejé llevar, era muchísimo mejor que el que me había dado con Kyle antes. Incluso mis manos pasaron inconscientemente por su pelo mientras las suyas acariciaban mi ropa mojada, al hacer esto fui consciente de lo que estaba haciendo, no podía hacer esto, así que dejé caer las manos pero no podía dejar de estar implicada en aquel beso, así que esperé a que él finalizara el beso. Cuándo separó nuestros rostros no le dio tiempo a decir nada más, porque le pegué una bofetada. El se llevó la mano a la cara dónde le había pegado el bofetón pero no hizo nada más. Entonces me dí la vuelta y me fui para subir a la habitación, pero todavía se escuchaba a Diego por detrás.
-Venga ya… pero si te ha gustado… Por cierto… ¿Sabías que estás muy sexy con la ropa mojada?- Ante eso yo solo le saqué mi dedo corazón y subí.
Ya estaban todos en sus camas, yo me cambié la ropa mojada y me tumbé en mi cama. Esto era de lo más surrealista, ¿de verdad estaba empezando a sentir algo por Diego? Imposible, no, no podía, tenía que quitármelo de la cabeza de una vez, seguramente no era como yo pensaba.
Me desperté sabiendo que me tendría que enfrentar a Kyle y a Diego. No sentía nada por Kyle, y odiaba hacerle falsas esperanzas, pero era la única salida que me quedaba. Después de los entrenamientos esquivé la llamada de Diego y me quedé arriba con Kyle, la primera cosa de la que me tenía que ocupar. Después de un rato hablando, sacó el tema, tal y como suponía.
-Bueno yo… El beso que nos dimos ayer… No se si significó lo mismo para ti, pero me gustas mucho Annie, y me preguntaba si… podríamos salir juntos…-dijo tímidamente.
Esto me dejó helada, no sabía que contestarle, bueno en realidad sabía lo que debía hacer, y aunque no fuera lo que yo quería, le besé como respondiéndole. Él siguió el beso, pero para mi no era lo mismo que la primera vez.
-¿Eso es un sí?
-Es un por supuesto.
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Eran las horas libres y yo estaba en uno de los matorrales de los enamorados, como los llamamos nosotros cuando llegamos, peor esta vez sin enamorado, sin él. Estaba esperando a Annie, quería hablar conmigo en un lugar apartado, dónde nadie nos viera ni nos escuchara. Alan había echado un hechizo a los matorrales para tener más privacidad a petición mía, y la verdad les venía muy bien a todos. Llevaba varios días sin ver a Annie, probablemente necesitaba una amiga para contarla sus problemas, por eso yo dejé a Dylan con Marcos y Margot. No le gustaba la idea de pasar menos tiempo conmigo, pero ahora se había mudado definitivamente a mi habitación. Se había cambiado por Iker, y según él, Diego se lo permitía, algo que me extrañaba mucho. Pasado un rato Annie entró en los matorrales y se sentó enfrente de mí.
-¡Hola! ¿Qué tal te va? Hace días que no te veo- la dije
-Pues…estoy confundida, y se que si no se lo cuento a alguien reviento, y te lo tengo que contar a ti.
-¿Qué pasa? ¿Mal de amores?- pregunté en broma.
-Más o menos.
-¿Quién es?- pregunté curiosa.
-Quienes querrás decir…
-¡¿Qué es más de uno?!
-Sí, haber te explico desde el principio.
-Mejor…
-Resulta que Diego me dijo que para poder salir de aquí necesitaba enrollarme con Kyle, para conseguir el hechizo y salir, y bueno, esa es la razón principal de que no me vieras, intentaba ganarme su confianza, y el otro día pues empezamos a echarnos agua y nos besamos. Pero luego bajé a ver a Diego, y también nos besamos.
-¿Qué? ¿Con dos en un día? ¡No me lo esperaba!
-Ni yo…
-¿Y cual es el problema? ¿No sabes cual de los dos te gusta?
-No es eso… Kyle no me gusta, haber es un buen chico, y no está mal ni nada, pero no es mi tipo, y no quiero hacerle daño, pero para salir de aquí voy a tener que hacerlo…
-¿Entonces sientes algo por Diego?
-No lo se, ese es el problema. Cuándo me besé con él fue tan especial… Me dejé llevar sin ser consciente y si, lo llevo pensando unos días, me lo quiero quitar de la cabeza y no puedo…
-¿Por qué quieres hacer eso?
-Porque no solucionaría nada enamorarme de él, no solucionaría nada reconocerlo.
-Por eso te intentas engañar a ti misma.
-Quizá.
-¿Sabes cual es el problema?
-¿Cuál?
-Qué el corazón no entiende lo que está bien y lo que está mal, el corazón simplemente ama, independientemente de quién sea esa persona. Al corazón no se le puede engañar.
-Entonces me estás insinuando que…
-Te gusta Diego, y no lo vas a poder ocultar por más tiempo, no te puedes engañar más.
-¿Pero que hago?
-Estoy segura de que tú a él también le gustas. Lo que hay que hacer es comprobarlo.
-¿Cómo?
-Diciéndole que te gusta Kyle, que empiezas a sentir algo por él, mostrándote cariñosa delante de él…
-Dándole celos…
-Exacto.- dije.
El plan no la podía fallar, pero a mi me preocupaba otra cosa. Ya sabía porque había llamado Diego a Annie, y ahora solo me quedaba saber para que había llamado a Dylan. Sabiendo que era para escapar no me daba muy buena espina, solo me quedaba esperar para saberlo.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Elección Capítulo 32

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Entré en la habitación, todavía con la cara bañada en lágrimas. Fui abriendo cada una de las cortinas, hasta que finalmente le encontré, allí, tumbado en la cama, con las manos en la cara. En cuanto me vio se le iluminó la mirada y se incorporó, quedándose sentado. Yo tan solo pude echarme en sus brazos, abrazarle con fuerza y echarme a llorar. Él me estrechó con la misma fuerza. Le había echado demasiado de menos este tiempo.
-Lo siento…- logré articular entre tanto llanto.
-Shhh- dijo silenciándome mientras me acariciaba mi espalda.
Pasado un rato, viendo que mis llantos no cesaban Marcos se separó de mí y me besó lentamente. Otra vez el amor que sentía hacía él se sobreponía a mi instinto de querer matarle. Cuando nos separamos le miré temerosa, dudosa de si podríamos volver a estar juntos. Nuestras miradas se encontraron y eso fue suficiente para saber que si, que él tampoco podía vivir sin mí, aún así, necesitaba explicárselo.
-Yo… pensé que era lo mejor, que así tú podrías ser feliz, pero cuándo Dylan me contó como estabas…
-¿No te das cuenta de que no quiero ser feliz si no es contigo?
-Yo tampoco, pero con ella no tendrías que hacer ningún sacrificio.
-Con ella no sentiría lo mismo que siento por ti.
-Y lo de Alan…
-Estoy al tanto no te preocupes.- dijo acariciándome la mejilla, y yo le volví a besar apasionadamente.
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Dylan y yo escuchamos toda al conversación apoyados en la pared de al lado, yo apoyada en la pared, y él con las manos apoyadas enfrente de mí. Oía el movimiento de sus labios, sabía que la conversación se había acabado para ellos, así que empecé a besar a Dylan por el cuello.
-Allison…
-¿Qué?-dije mientras iba subiendo poco a poco.
-Pues que… este no es sitio, y… como sigas así voy a perder el control.
-Esa es la idea.- dije ya alcanzando su boca besándola con auténtica pasión. Eso lo encendió al completo, nos conducíamos a mi habitación a ciegas. Entramos sin dejar de besarnos y cerramos, pensando que así nadie entraría. Le quité su camiseta con urgencia mientras él desabrochaba mi camisa con toda la rapidez posible. Pero como era habitual, alguien entró en la habitación viéndonos allí semidesnudos.
-Uiiss…Lo siento…- era Annie, iba a cerrar cuándo al interrumpí.
-¿No sabes llamar?- la pregunté yo alejándome de Dylan.
-Yo…No sabía que… en fin… lo siento.- iba a cerrar cuándo Dylan se levantó y le dijo que le dijera algo a Iker. Cerro la puerta, Dylan cogió una de las camas y la empotró contra la puerta para que nadie volviera a pasar.
-Bien… ¿dónde nos habíamos quedado…?- dijo dispuesto a besarme, pero yo le frené y él me miro confuso.
-Volverán a entrar, como siempre… además tengo frío.- dije poniéndome mi camisa, pero Dylan no dejó que me abrochara los botones. Nuestros rostros se quedaron a escasos centímetros, nuestros alientos se mezclaban. Me perdí en sus ojos grises, que como siempre, me dejaron más que aturdida. Mientras él deslizó mi camiseta por mis hombros quitándomela, dejándome solo con el sujetador. Pasó sus dedos por mi espalda con gran delicadeza, apenas rozándome, y esto me hizo estremecer. Superó la distancia que separaban nuestras caras y me besó lentamente, mientras nuestras lenguas se entrelazaban, y de repente, me sentí tremendamente acalorada. Se separó dejándome con ganas de más.
-¿Y ahora?- y llevó sus labios a mi oreja.-Te aseguro que nadie volverá a pasar.
-Me estoy quedando fría…-susurré en apenas un suspiro. Entonces él me besó de forma salvaje y yo lo seguí de la misma forma. Recorrí con mis manos su cuerpo, memorizándolo, disfrutando. El separó nuestras bocas, mordió mi labio y siguió bajando. Nos quitamos la poca ropa que nos quedaba y volvimos allí donde nos habíamos quedado.
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Hoy no iba a bajar con los demás, tenía que llevar a cabo mi plan, llevaba unos días hablando con Kyle, ya más o menos me había ganado su confianza, también me estaba acercando mucho a Diego estos últimos días, pero esa no era mi intención. Me quedé en la habitación con Kyle hablando de temas sin importancia, de cómo había llegado aquí, cuales eran sus gustos… Era un chico bastante normal y amable por lo demás, eso sí era muy tímido, por eso seguramente no tendría muchos amigos. No era para nada mi tipo de chico, pero tenía que conseguir que yo fuera su tipo de chica.
-Bueno…voy un momento al baño.- dijo incorporándose. Al cabo de un rato volvió con las manos empapadas y me mojó el cuello, estaba helada.
-¡Ay! ¡Está helada! Ahora te vas a enterar…- dije yendo hacia el baño, mojándome más las manos, las llené, me puse en la puerta y se la eché en plena cara.
-¿Con que quieres guerra no?- Dijo entrando al baño, yo entré a la vez y empezamos a mojarnos. Su camiseta se le quedó pegada, y dejó ver su perfecto cuerpo, el chico no estaba nada mal la verdad. Al final desistimos de echarnos agua con las manos, Kyle me arrastró hasta la ducha y me empapó entera. Le arrebaté la ducha de las manos y empecé a mojarle la cara, luego el me la volvió a quitar y alzó el brazo todo lo largo que era aprovechándose de que yo era más bajita y no iba a llegar. Yo me aproximé y me puse de puntillas para llegar, estaba pegada a su pecho, a escasos centímetros de su cara. Casi sin darnos cuenta, nuestros rostros se aproximaron y nos besamos. Nunca me había besado con nadie antes, pero estaba segura de que este beso no era una mentira más, esto era real. Kyle bajó la mano que sostenía la ducha, dejándose llevar por aquel beso, hasta yo había olvidado completamente dónde me encontraba, sumergida en aquello. Caí en la cuenta de lo que estaba haciendo, a parte de conseguir mis propósitos, así que cogí la ducha de su mano y se la disparé en la cara mientras me separaba.
-¡Te pillé!- dije riéndome.
-Como aprovechas…- dijo con cara de fastidio.
Probablemente desde ese beso las cosas entre nosotros no serían iguales, pero quizá de eso se trataba.
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-Sabes que te quiero más que a nada ¿no?- me preguntó Dylan acariciándome la espalda mientras estaba recostada sobre él.
-Lo sé, no lo e olvidado.- dije señalando la pulsera que me regalo por mi desastroso cumpleaños, que ya había recuperado de debajo de mi cama.
-Eso está bien…- dijo besándome.
-Yo no te quiero.- le dije cuándo acabó de besarme, a lo que él se quedó con cara de asombro.- Te amo por encima de todas las cosas.
-Ya me habías asustado… Pero seguro que más que yo no.
-Seguro que si. ¿Haber que harías por mí?
-Lo que sea, ¿y tú por mi?
-Pues… yo daría la vuelta al mundo si fuera necesario para poder verte, haría todo lo que pudiera y más para poder estar contigo, para hacer algo que me pidas, cualquier estupidez, sería cualquier cosa, haría lo que fuera por ti con tal de estar como estamos ahora, felices.- ante eso el solo pudo mirarme asombrado y volverme a besar. Cuándo acabó de besarme empecé a bostezar, estaba tremendamente agotada.
-Duerme princesa, que tengas dulces sueños- me susurró mientras me acomodaba sobre su pecho. Al poco tiempo me quedé dormida en sus brazos.

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