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Los días siguientes a la charla con Allison intenté aclarar mis ideas con respecto a todo, pero por más que lo pensaba no conseguía aclararme. Desde aquel beso con Diego le evitaba siempre que podía, y cuando intentaba hablar conmigo huía de él. Sin embargo con Kyle tenía que seguir disimulando. Pero pasados estos días de meditación encontré la respuesta a lo que sentía, lo que debía de hacer, y Allison no podía ayudarme a solucionar esto, ni a encontrar la respuesta, simplemente me intentaba abrir los ojos. Estaba besándome con Kyle cuando lo descubrí. Yo no estaba ya implicada en ese beso como la primera vez, no igual que con Diego… Fue hay, cuando deseé que el que me estuviera besando fuera Diego, cuando supe lo que sentía por él, y decidí no seguir engañando a Kyle, probablemente esto nos impediría salir a todos, pero tenía que hacerlo. Me aparté de Kyle cuándo él pensaba que íbamos a llegar a algo más.
-Yo… lo siento, no puedo.
-No pasa nada, esperaré.- contestó dulcemente.
-No es eso Kyle, no voy a poder ni ahora ni nunca, no te quiero seguir engañando.
-¿Pero de que hablas?- preguntó confuso.
-Mira, probablemente cuando te diga esto te cabrearás conmigo, no volverás a hablarme y los planes se irán al traste, pero no puedo continuar así.- esperé un momento para encontrar las palabras adecuadas y seguí.- Todo esto… lo nuestro… Nunca ha sido verdad.
-¿Qué? ¿De que me estás hablando Annie?
-Yo… Desde que llevo aquí intento escapar con mis amigos, y Diego me dio la forma, me dijo que tú tenías el hechizo, y que si… me liaba contigo y conseguía que te enamoraras de mí me lo darías y todos saldríamos de aquí. Pero ahora es cuando me doy cuenta del daño que te hago, del que te haría si te decía esto más adelante, y he decidido que lo mejor era decírtelo ahora, antes de que te hicieras más esperanzas, aún que no consiga mi propósito.
Él no contestó después de darle todo mi sermón, simplemente cogió un papel de su maleta, escondido en un bolsillo pequeño y me lo tendió. Yo lo abrí, era el hechizo.
-Yo… No se que decir.
-No tienes nada que decir, lo comprendo. Este tiempo e estado observando… Me doy cuenta de la forma en la que miras a Diego, solo que me he querido engañar todo este tiempo.
-Pero te e estado utilizando.
-Soy consciente, pero ¿sabes? No me importa, me has hecho darme cuenta de las cosas importantes, creo que yo también me iré con vosotros, si me lo permitís claro.
-¿Cómo no te vamos a dejar? Eres tú el que lo haces posible. Eres un cielo.- dije dándole un beso en la mejilla.
-Al menos podemos ser amigos ¿no?
-¡Por supuesto! Bueno… Me voy a buscarle, luego me quedaré con mis amigos fuera, ¿porque no bajas y estás un rato con ellos? Al fin y al cabo huirás con ellos.- y tras decir esto salí por la puerta en su busca. Diego estaba como habitualmente esperando en las escaleras de la sala de recuentos, pero no esperaba encontrarle ahí a esas horas. Entré y cerré la puerta. Se levantó deprisa y yo fui a su lado.
-Tengo novedades.
-Estupendo, antes podrías contestarme a una pregunta ¿verdad?- yo solo asentí.- ¿Por qué me has estado evitando todos estos días?
-Por nada, no era necesario que habláramos, no había novedades.
-Lo de las novedades pasa, pero ¿cómo que no era necesario que habláramos? Sabes perfectamente que si teníamos que hablar, ¿es que no te acuerdas lo que sucedió el otro día?
-Claro que me acuerdo.
-Pues de eso tenemos que hablar.
-¿De que quieres hablar?
-Pues de eso, ya sabes… -dijo acercándose a mí, estaba a punto de rodearme la cintura, pero le planté el papel en la cara antes de que hiciera nada más. Él lo leyó y me miró atónito.- ¡Lo has conseguido! Increíble… eso quiere decir que ya no estás fingiendo, que lo habéis dejado…- dijo acercándose más a mi. Me gustaría más que a nada fundirme en sus brazos, pero antes quería comprobar si le gustaba de verdad o simplemente me estaba engañando para liarse conmigo.
-No estaba fingiendo…
-¿Cómo?
-Qué Kyle me gusta de verdad Diego.- mentí como pude, pero él se lo tragó. Se alejó de mí, se llevó la mano a la frente y resopló.
-¿Qué pasa?
-¿Qué que pasa? ¿Acaso no lo sabes ya?
-No…- volví a mentir.
-Mira, me gustas ¿vale? Todavía guardaba la esperanza de que yo te gustase, porque se que ese beso te gustó, lo se por la forma en que me acariciabas el pelo.
-¿Qué?
-Sí, no te hagas ahora la sueca porque sabes que es verdad, te gustó tanto como a mí, otra cosa es que yo no te guste.
-Sabes que eso no es verdad.- me acerqué a él, le atraje contra mi y le besé con pasión, él me siguió con la misma intensidad y posó sus manos en mi cintura, pero luego se separó.
-¿A qué viene esto? Si supuestamente se que no es verdad…
-Pues que sabes que no es verdad que me guste Kyle, no se por que te lo has creído, solo quería saber si te gustaba tanto como tú me gustas a mí.
-¿No era más fácil haberme preguntado?
-No, me gusta verte celoso.
-Qué graciosa...- y me besó por última vez antes de marcharnos para contarles todo a los demás. Todos estaban ilusionados menos Kyle, que estaba un poco triste, imaginaba que no sería fácil para él, pero nunca fue fácil para todos.
Una tarde estábamos en mi habitación cuando yo fui al baño. Cuándo salí, Diego no estaba en la habitación, volví al baño y miré haber si estaba en algún sitio, cuándo me sorprendió recibir un chorro de agua que me empapó, que provenía de una de las duchas laterales, allí estaba él. Me metí en la ducha con él e intenté cogerle la ducha de la mano, pero él cada vez me mojaba más.
-¿Qué intentas?
-Nada, ya te dije que estabas muy sexy con toda la ropa mojada.
-¿A sí? Pues Kyle también estaba muy sexy mojado…- dije sabiendo que eso era lo que más le molestaba.
-Has caído demasiado bajo y lo sabes…- y ahí, cuando bajó la guardia y la ducha un poco, se la arrebaté de las manos y empecé a mojarle.
-Buen truco…- dijo intentando volver a arrebatármela. Cuándo estuvo completamente mojado no puse resistencia y dejé que me la arrebatara para que después él la apagara.
-Venga, dejemos esto ya por hoy.
-¿Sabes una cosa?- dije acercándome todavía más contra él en aquel espacio tan reducido.
-No, ¿qué?
-Qué tú estás mucho más sexy mojado.
-¿A sí?
-Sí.
-Pero más que tú no.- dijo besándome con fiereza. Me apreté todo lo que pude contra él y seguí el beso. Él agarro el borde de mi camiseta dispuesto a quitármela, dispuesto a tomar el rumbo al que nos conducía aquel beso, pero antes de hacerlo se separó de mí un poco.
-Podemos seguir…solo si tú quieres.- dijo todavía con su rostro muy cerca del mío. Como respuesta, le quité su camiseta, dejando al descubierto su torso musculoso. Iba a seguir besándole pero empezó a hablar.- Si nos pillan…
-Me da igual.- Y entonces el tiró de mi camiseta y seguimos besándonos hasta deshacernos completamente de toda la ropa y dejarnos llevar, fundiéndonos en uno solo.
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