El día siguiente tampoco fue espectacular. En el instituto ninguna novedad, todo tan monótono como casi siempre. El trabajo se me dio igual de mal, o peor si cabe, pero la cafetería se había ganado un nuevo cliente para el resto del tiempo que estuviera yo trabajando allí, Alan. Ese día, tal como dijo su hermano Diego, fue, se tomó un batido de chocolate, e insistió en acompañarme a casa cuando terminó mi turno. Y eso estuvo haciendo durante toda la semana, ir todos los días y acompañarme a casa cuando salía del trabajo, un día que ya estaba harta de esta situación decidí desahogarme con Margot.
-Enserio, ya no puedo más. No quiero que se haga ilusiones, sabe que tengo novio y sigue insistiendo.
-¿De que me hablas?- me preguntó Margot.
-De Alan, desde que su hermano le dijo que trabajaba en la cafetería va todos los días sin excepción, y me acompaña a casa. Pensé que solo serían unos días, pero ya lleva una semana.
-Espera un momento, ¿Alan tiene un hermano?
-Sí, Diego, es mi jefe por así decirlo.
-Bien, ¿y como que te lleva acompañando a casa una semana?
-No lo se, insiste, le digo que no, pero no se me otra ruta para llegar, así que al final acaba viniendo a mi lado.
-Supongo que esto que no me has contado en esta semana no lo sabe tampoco Dylan ¿no?
-No, no lo sabe, ¿cómo crees que se pondría si se lo contara?, le intento mencionar lo menos posible a Alan porque no le sienta bien, se pone celoso, intenta disimularlo, pero se le da muy mal, no quiero que se torture más.
-¿Y te lo has estado callando todo este tiempo, para que no se lo contara?
-No es eso, no me pareció nada importante, solo es un amigo, pero parece que él no me ve así, y no quiero que se haga ilusiones.
-Bueno pues no tienes nada más que hacer que decírselo mañana cuando vaya a verte, puede que lo entienda.
-Eso espero.
A la mañana siguiente decidí decírselo, cuando salimos del instituto, el siempre nos acompañaba a Margot y a mi, pero solo por que le pillaba de camino. Cuando llegamos a mi casa Margot abrió la puerta entró y la dejó así para que pasara. Iba a subir las escaleras, cuando Alan me cogió del brazo.
-Tengo que hablar contigo un momento a solas.
-Yo también quería decirte algo. Empieza tú.- pero enseguida me arrepentí de haber dicho que empezara, esto iba a tomar muy mal rumbo.
-Allison, creo que no te has dado cuenta aún, pero me importas mucho, yo…- no hicieron falta sus palabras, se acercó aceleradamente a mí y me besó. Me pilló por sorpresa y no podía reaccionar, me quedé paralizada, sin saber que hacer. Al rato, viendo que no ponía de mi parte se alejó. En su cara había impaciencia por saber mi respuesta. No respondí, el ya debía de saber que solo lo veía como un amigo, así que subí las escaleras, entre en mi casa y cerré la puerta. Margot bajó de la escalera, y al parecer, había oído toda la conversación.
-No puede ser… te… te ha…
-Besado, sí.
-¿Por qué no le has respondido?
-No lo se, él sabe que le veo como una amigo, sabe que tengo novio.
-Pero no va a perder la esperanza, tienes que decírselo.
Comimos tranquilamente, y me subí a mi habitación. Estaba haciendo los deberes cuando oí el teléfono, la llamada que esperaba todos los días con ilusión, pero a pesar de ser él, decidí no responder. ¿Qué le iba a decir? Si se enteraba, se iba a poner hecho una furia, primero debería dejar las cosas claras a Alan, luego se lo contaría. Fui de camino al trabajo, y antes de tiempo estaba Alan allí sentado, en la mesa de siempre. Se le veía ilusionado, quizás tomó mi reacción como sentimiento mutuo, cuándo saliera, se lo explicaría, de momento, era mejor evitarle.
-Oye Emma, ¿puedes atender tú hoy a Alan?
-Pero…
-Por favor.
-Está bien…
-Gracias.
Y así me libre de Alan durante todo mi turno, pero el no se movió de su asiento hasta unos minutos antes de que terminara mi turno. Pensé que cansado de esperar se habría ido, pero cuando salí por la puerta, seguía allí, esperándome, sentado en la roca en la que se apoyó Dylan cuando estuvo aquí. Intenté pasar de largo, pero me agarró del brazo, me paré y me solté.
-¿Por qué me evitas?
-Porque… Alan, yo no siento lo mismo, no quería que te hicieras ilusiones, pero aún así parece que te las has hecho…Yo tengo novio, y le quiero a él.- su anterior cara de satisfacción se borró con mis palabras.
-Entonces…
-No estoy enamorada de ti Alan, yo… solo te veo como un amigo.
-Vale… pues aclarado… al menos seguimos siendo amigos ¿no?
-Claro.
Y esta vez ya no me acompañó a casa, y sentí un poco de alivio, ahora le debía una explicación a Dylan. Llegué a casa y nada más llegar Margot ya me estaba preguntando.
-¿Qué tal ha ido?
-Parece que lo entiende, espero que sea así.
-Dylan está muy preocupado, a estado llamando porque antes no le cogiste el teléfono. No quiere parecer pesado, por eso no te llama a ti, simplemente esta preocupado. No le he dicho nada de lo que a pasado, esperaba que lo hicieras tú.
-Perfecto, bueno… voy a llamarle y a explicarle todo.
Subí a mi habitación cogí el móvil y llamé a Dylan. Lo cogió al primer toque.
-Hola.- dije.
-Hola. ¿Porque no me cogiste la llamada antes? Estaba muy preocupado.
-Lo sé y… lo siento.-dije con miedo en la voz
-¿Qué a pasado?
-Yo…Por favor prométeme que no te cabrearás, no quiero hacerte sentir mal, pero creo que lo debes de saber.
-Te lo prometo, pero cuéntamelo, me estás asustando.
-Haber… Alan tiene un hermano, que es mi jefe, y él le dijo que trabajaba en la cafetería. Alan iba todos los días hasta allí y me acompañaba a casa, al principio pensé que solo serían un par de días, pero pasada una semana pensé que se estaba haciendo ilusiones, que yo podría sentir algo por él, pero no es así. Iba a decirle lo que sentía, cuando… me besó. No sabía que hacer, así que me metí en mi casa, y por la tarde, a parte de evitarle, le dije que no quería nada con él, que yo te quería a ti. Y… esta es la historia- pero Dylan no respondía, sabía que no era buena idea contárselo, me puse a llorar y a parlotear, como si así pudiera hacer algo por él.- Yo… comprendo que te sientas celoso, porque yo también lo estoy, no debí decirte que no te preocupases, debías hacerlo, las relaciones a distancia no son fáciles, pero yo te quiero, y no quiero que los celos lo arruinen, por eso…- pero Dylan reaccionó y no pude continuar.
-Tranquila Allison, tranquilízate y no llores. No estoy enfadado, al menos no contigo, no tienes la culpa. Pero hay una cosa… ¿cómo es que sientes celos? ¿De quién?
-Pues… de todas, el día que llegaste todas querían sentarse a tu lado, conocerte… y yo ese día no hice más que ser borde contigo, y ahora resulta que lo que esas chicas querían, lo tengo yo, pero ellas lo siguen queriendo, y yo estoy lejos, no puedo hacer nada para que no te vayas con ellas, y… si decidieras irte con alguna de ellas lo aceptaría porque te quiero, pero en el fondo, no te mostraría lo mucho que me molesta.
-¿Crees que algún día te dejaría por una de esas chicas? No te voy a dejar, yo solo te quiero a ti. Pero si tú decidieras irte con Alan ahora mismo, lo entendería, haría lo mismo que hubieras hecho tú. Sabía que algún día pasaría lo de Alan, pero no estoy cabreado. Se que tenías miedo a contarlo por eso, no tengas miedo a contarme nada, nunca. Pero por favor, no llores, no quiero que estés mal por mi culpa.
-Yo tampoco quiero que estés mal, por eso no te lo quería decir, se lo que te molesta que te saque el tema, y era ese mi miedo. Yo nunca te dejaría Dylan.
-Yo tampoco. Bueno, descansa, tienes que estar agotada, mañana hablamos. Te quiero.
-Y yo a ti.
Colgué, me metí en la cama y enseguida caí rendida por el cansancio, había sido un día muy largo.
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