domingo, 2 de enero de 2011

Elección Capítulo 25

Lloramos desconsolados sobre su cuerpo durante un rato. ¿Qué haríamos ahora con su cadáver? Nos preguntábamos, pero no sabíamos que hacer. Pasado un rato, empezamos a notar como ella se movía, pensábamos que eran imaginaciones nuestras a causa de la desesperación, pero lo creímos cuando vimos sus ojos abrirse.
-¿Annie?- preguntamos.
-¿Qué a pasado? Ese chico me clavó algo y…
-Pensábamos que habías muerto.
-De hecho estuvo un rato muerta.- dice Alan.
-¿Qué?
-Tenemos que decírselo a Diego.
-¿Y tú sabes donde está?- le preguntó Zoe.
-No, ¿qué podemos hacer?
-Esperar, seguro que al final alguien baja.
-Allison nos quedamos nosotros, tú dúchate y cámbiate de ropa.- me dijo Zoe, enseguida comprendí el por qué. No solo tenía las manos llenas de sangre, si no que toda mi ropa también estaba empapada.
-Y… ¿dónde hay baños? ¿Y la ropa?
-Antes, cuando e despertado e visto una puerta al fondo de la habitación donde estaba. Me e levantado y e visto un baño, pequeño pero sirve. Y la ropa, creo que tenemos una maleta debajo de cada cama con ropa. Pretenden quedar bien con eso, para que nuestra estancia sea mejor, pero todos sabemos que por eso no va a serlo.- dijo Zoe.
-Está bien…Subiré, bajo enseguida.
Subí las largas escaleras, giré a la izquierda y fui a la 2º puerta. Tal y como me había dicho Zoe, al fondo había una puerta. Me agaché y miré debajo de la cama, allí había una maleta. Buscando, descubrí que era mi ropa, mientras que algunos estaban luchando con nosotros, otros se habrían encargado de cogernos ropa. Cogí lo primero que vi y me metí en una de las duchas. Había 6 duchas en total, separadas por muros y cortinas. Demasiado teniendo en cuenta que en esta habitación solo estábamos Iker y yo. Salí y me sequé con una toalla que encontré en un rincón. Me vestí, me peiné y me sequé un poco el pelo con la toalla. Bajé a dónde estaban los otros, que seguían allí, pero ya de pie.
-¿Y tú hermano?- pregunté a Alan cuando bajé.
-Ni idea, pero ya es tarde, seguramente esté durmiendo.
-¿Y que hacemos ahora?- preguntó Zoe.
-En mi habitación hay camas de sobra, hasta que mañana encontremos una solución puede quedarse a dormir allí.- propuse.
-Vale, pues entonces que se quede allí, mañana veremos haber que hacemos.
Nos fuimos cada uno a la habitación que nos había tocado, y Annie se vino conmigo y con Iker.
-Allí hay duchas, y seguramente también hayan traído tu maleta, pero como no sabemos dónde está ponte algo mío.- Me agaché, busqué en la maleta y la tendí algo que podría servirla.- Toma.
Se fue al baño y cuando volvió todos nos fuimos a dormir, esperando que esto solo fuera una pesadilla, y que al día siguiente todo desapareciera.

Me desperté por un extraño ruido de pisadas. Probablemente no lo hubiera oído en circunstancias normales, pero ya no tenía el collar. Abrí los ojos y comprobé como los demás seguían dormidos, y seguíamos en aquella habitación, no era una pesadilla. Miré al suelo, y vi dos bandejas. Llevaban el desayuno y una bolsita de hospital con sangre. A los pocos segundos Iker y Annie estaban ya despiertos.
-Buenos días.-dijeron a la vez.
-Buenos días.-respondí- Parece que nos han traído el desayuno.
Me levanté y fui a por las bandejas, tendí una a Iker, y yo me quedé con la otra. Había un vaso de leche, uno de zumo, un paquete de galletas y una magdalena además de la bolsa de sangre.
-Lo compartiré contigo.- le dije a Annie dándola las galletas y la leche.
-Gracias.- dijo.
Me comí lo que me quedaba y me quedé mirando la bolsa de sangre. Iker se dio cuenta de esto y me preguntó.
-¿No te la bebes?- comprobé como la suya ya estaba vacía.
-Yo… no se lo que hacer.
-Si no te la bebes, te sentirás más débil, perderás parte de tus poderes vampíricos, y probablemente al final mueras. Hay gente que dice que al final, al no ser del todo vampiro aprendes a sobrevivir sin la sangre, como puedes sobrevivir tú con el collar. En cambio, si te la bebes, te sentirás más fuerte y serías casi un vampiro, porque siempre tendrás esa parte humana que te impedirá serlo del todo.
Así que tras estas palabras cogí la bolsa de sangre y me la bebí, sin pensar en las consecuencias ni en nada, solo en el sabor tan delicioso que tenía al bajar por mi garganta. La terminé y dejé mi bandeja en un rincón. No tuvimos mucho tiempo para preguntarnos que hacer, porque el brazalete empezó a pitar. Era como una especie de busca para tenernos controlados. Miré y vi la palabra “Bajar” escrita en él. Así que así hicimos. Bajamos dónde Annie había el día anterior sido apuñalada. Ya estaba lleno de gente, y esta vez, el hombre no estaba allí, solo Diego. Permanecimos todos en silencio mientras él hacía el recuento. Cuando parecía que había terminado, vino hacía nosotros y agarró del brazo a Annie.
-Yo te maté, ¿qué haces aquí? Vosotros habéis tenido algo que ver.- dijo señalándonos con la mirada.
En ese momento, Alan apareció por la espalda de su hermano.
-De hecho la mataste, y no, no hemos tenido nada que ver, creo que no es simplemente humana, deberías asegurarte.
-¿Y que pintas tú en todo esto hermanito?
-Tú sabrás, eres el que me trajo aquí.
-Solucionaré esto, enseguida vuelvo, no os mováis de aquí.-dijo llevándose a Annie del brazo.
La gente empezó a moverse, para reunirse con otros, pero no salían de esa sala. Entonces Dylan me divisó, vio hacia a mi y me abrazó.
-¿Qué tal?- me preguntó.
-Bien, esta mañana nos han dado el desayuno con una bolsa de sangre.
-¿Y te la bebiste?
-Sí, no podía hacer otra cosa. ¿Y tú que tal?
-Bien, echándote de menos, cuando uno no duerme, tiene más tiempo para pensar.- dijo sonriéndome.- ¿Y como es que Annie está viva?
-No se, ayer cuando la dábamos por muerta, abrió los ojos, durmió en mi habitación, hay camas de sobra porque solo somos dos.
-En la mía somos demasiados, parece que es de las habitaciones con más gente que hay.
Pero este momento se vio interrumpido al llegar a nuestro lado una chica rubia, de ojos azules y alta. Era increíblemente bella como las típicas modelos de televisión.
-Hola Dylan.- le saludó.
-Hola Scarlet…
-¿No nos vas a presentar?- le preguntó.
-Por supuesto.-dijo esta vez con una sonrisa.- Allison, esta es Scarlet, una de mis compañeras de habitación. Scarlet, esta es Allison, mi novia.- dijo apretándome contra él. Scarlet puso cara de fastidio ante esas dos últimas palabras. Ella quizás hubiera cambiado la última.
-No me habías dicho que tenías novia.
-No surgió.
-Bueno, luego nos vemos Dylan, que hoy toca entrenar.- dijo alejándose de nosotros.
-¿Entrenar?- le pregunté
-Sí, me ha dicho que todas las mañanas entrenan para pelear.
-¿Cuánto tiempo lleva aquí?
-Unos meses, la trajeron de forma similar a nosotros, ella todavía era humana cuando vino, la transformaron al llegar para que fuera útil. Intentó escapar, pero dice que es imposible.
-Menudas esperanzas…
-Seguro que saldremos de aquí, ya verás.
Al cabo de un rato volvió Diego con Annie de nuevo, pero esta vez no la llevaba agarrada del brazo.

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