Capítulo 8.- Admitiendo la realidad.
-Chicos, os presento a vuestro nuevo compañero, Andy.
-Hola.- saludó él.
Yo me quedé completamente embobada. Era real, muy real, mejor que mis sueños. Sabrina me pasó su mano enfrente de mi cara.
-¡Lidia!
-Lo siento.
La clase transcurrió tranquila, en mi primer sueño había logrado hablar con él desde el primer momento, peor la realidad era distinta. Sonó el timbre, y él fue el primero en salir de la clase, luego fuimos Sabrina y yo.
-¿Era él?- preguntó.
-¿De que me hablas?- dije intentando disimular.
-Lo sabes perfectamente. El nuevo, ¿es él?
-Sí.
-Eso explica el embobamiento de esta mañana. Pero tengo que admitir que es guapo.- y yo sin saber muy bien por qué la dí un manotazo.- Eso significa que te gusta.
-No, además no le conozco.
-No me vengas con esas, sí que le conoces. Además conozco esa mirada.
-No, no me gusta.
-¿Y el manotazo?
-Pues… Que no deberías decir eso, tú ya tienes novio.
-Ya claro…
-Pues es verdad.
-¿Sí? ¿Desde cuando te preocupas por John?
Y ante eso no pude responder. No, no sentía nada por él, era un completo desconocido. Pero sin embargo no podía parar de mirarle. Pasaron las horas y seguía sin verle. Iba a la cafetería con Sabrina cuando le ví sentado junto a John.
-No puede ser.- mascullé.
No, no, esto no estaba pasando. No podía convertirse en otro de los secuaces de John, ya no sería Andy.
-¿Qué no…?- pero no terminó la frase, encontró la respuesta.- Pero mira que tenemos ahí…Voy a saludar a John
-No Sabrina no.
-¿Pero no se suponía que no te gustaba?
Pero no pude decir nada más, se acercó a la mesa de John y ambos se dieron un largo y apasionado beso ante la mirada de todos.
Llevaban ya saliendo casi un mes, de las relacionas más estables de John, y la primera de Sabrina. No quería que la hicieran daño, pero sabía que al final lo haría. Nadie quiere que a su mejor amiga la hagan daño, pero si ella tropezaba, no sería porque no la avisé.
-Preciosa, te presento a la nueva incorporación al grupo, Andy.
-Hola.- saludó él.
-Bueno ella es Sabrina, mi novia.
-Hola.- saludó Sabrina.- Bueno, me tengo que ir, Lidia me está esperando.
-¿Quién es Lidia?- preguntó Andy.
-Mi amiga, ya te la presentaré algún día. Hasta luego.
Y Sabrina vino caminando hacia mi con una sonrisa.
-¿Pero estás loca?- la dije mientras salíamos a la calle.
-Se supone que no te gustaba.
-Bueno… Un poco.- admití finalmente.
-¡Lo sabía!
-¿Y todo esto a sido solo para decir eso?
-No, el primer paso es que lo admitieras.
-Es que no sirve de nada que me haga ilusiones. Es un Andy completamente distinto al de mis sueños.
-Eso aún no lo sabes.
-¡El Andy de mis sueños no se va con John!
-¿Acaso importa? Lo único que consigues tú si se va con John es ponértelo fácil.
Y en ese momento sonó el timbre que indicaba el fin del recreo.
-Bueno, a clase.
-Sí, tú intenta escaquearte…
Tampoco le vi el resto de clases del día, podía haber estado allí conmigo y yo sin darme cuenta. Intentaba aclararme, justo ese día, el día en que había soñado nuestro primer beso, aparece. Solo tenía una certeza, y es que al final se acabó cumpliendo, quizás no como esperaba, peor a lo mejor no todo sucedía exactamente igual.
Por la tarde, después de comer puse como siempre el ordenador y me puse ha hablar con las chicas. Hicimos una conversación múltiple entre Sandra, Stella, Brenda, Sabrina y yo.
-¡Hola!- saludamos cada una de una forma distinta.
-¿Habéis visto al nuevo?- preguntó Stella.
-¡Sí! ¿Soy la única a la que le parece que está buenísimo?- preguntó Brenda.
Eso me molestó. No todo era el físico, Andy era una persona maravillosa, y esperaba que lo fuera tanto dentro como fuera de mis sueños. No solo era por ese simple hecho, si no también por lo que había comenzado a sentir por él.
-No te lo parece, es que lo está.- dijo Sandra.
-Yo no opino.- dijo Sabrina.- Tengo novio y él si que está buenísimo.
-¿Y tú tampoco opinas Lidia?- me preguntó Brenda.
Yo me callé, y Sabrina abrió una ventana a parte en la que solo estaba ella.
-No te lo tomes a mal tía.- me dijo Sabrina.
-No me lo he tomado a mal.
-Sabes mejor que yo que no es así.
-¿Y qué quieres que haga?
-Nada, estás celosa.
-¿Yo? ¿Celosa?
-Sí, tú, celosa.
-Claro, lo que tú digas…
-¡Por supuesto!
-Bueno yo me voy ha hacer otra cosa, ya me aburro.
-Al menos responde a las otras.
-Vale…
Me fui a la otra conversación, se había formado un auténtico revuelo de comentarios gracias a mi no respuesta.
-¿Lidia?- preguntó Brenda. Ese fue el último comentario.
-Estoy aquí.- respondí.
-Y bueno… ¿opinas?
-No.
-Uuu tienes novio ¿eh?
-No, es que no se como podéis juzgarlo solo por su físico.
-Es solo una apreciación.
-Aún así, cuando lo conozcáis, juzgar. Me voy, mañana nos vemos.
-¿Y a esta que bicho la ha picado?- leí antes de quitar la conversación.
Conecté mi iPod y me puse a escuchar McFly. Cuando estaba triste me animaba, y cuando estaba confusa me hacía pensar. Pero hoy no conseguía nada, hoy era especial. Así que después de mucho tiempo intentando aclararme me fui a dormir, esperando que la almohada me aclarase las ideas.
Hay muchas gracias :) La verdad es que me hace muy feliz ver que la gente se pasa y le gusta y demás. Ahora mismo te sigo!
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